Y el libro se hizo película.




Hemos leído numerosos artículos que predicen el final contundente de la industria literaria ( recién leí uno muy interesante en Publishers Weekly, el cual dio origen a este post), ¿Puede el libro desaparecer? La respuesta no la tengo, como escritor me gusta creer que no.
Sin embargo Publishers Weekly afirma que los libreros independientes no serán los más afectados en este caso, ¿Entonces quien? El que menos has pensado mientras lees estas líneas: Hollywood.  ¿De dónde se abastecerá la industria cinematográfica sin libros?

Es sencillo darnos cuenta de lo importante que es para Hollywood la industria literaria, simplemente pongamos un ojo en los libros que dan vida a la categoría de mejor adaptación:

1. MoneyBall

Adaptación del libro Moneyball: the art of winning an unfair game, en la cual el único gran acierto de sus guionistas fue volverla un poco más fría y centrada en la vista caótica del negocio que existe detrás del deporte.

2. Tinker, Tailor, Soldier, Spy

Adaptación de la novela homónima de John le Carré, le ha valido la tan esperada y merecida nominación al Oscar, de Gary Oldman. Sin embargo, esta controversial adaptación está muy lejos de ser fiel a su libro original y al personaje que la protagoniza.

3. The invention of Hugo Cabret Brian Selznick

Para algunos la favorita no solo a mejor guion, sino también a mejor película del año. Y aceptemos que no es la mejor película, en mi opinión el arte y la fotografía se sobrepone al film. Voy a puntualizar que me parece que lo que Scorsese logra en “Hugo” es mucho mejor que el escueto texto de Sleznick, quien prefirió en su momento darle más importancia a la ilustración que las palabras.

4. The Descendants  

The Descendants de   Kaui Hart Hemmings pasó de ser el libro menos leído del mundo, a estar hoy en las estanterías de cada lector, formando un culto al que los gringos cariñosamente llaman: post-Payne readers. En particular, The Descendants  es mi favorita para mejor guion, y espero lo logre en mejor película.


Entonces, después de este recuento, ¿Puede el cine vivir sin la industrial literaria?

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