Poco recuerdo
de las tres películas anteriores de Misión imposible. Y es que aunque son un parte
aguas y mito del cine de acción (particularmente la primera), nunca fueron mi
tipo de film favorito. A eso hay que sumar que siento muy poca simpatía por Tom
Cruise, aceptando que tiene bastantes buenas películas en su trayectoria.
En fin, corría
el rumor de que Misión Imposible: Ghost Protocol era una excelente película y
que con ella resultaba fácil predecir el levantamiento de esta franquicia para
las nuevas generaciones. ¿Y qué creen? Por mucho que les sorprenda (y me
sorprenda a mi mismo), sí es una gran película de acción, quizás mi favorita en
mucho, mucho tiempo.
El guion es
inteligente, ágil, lógico, y por muy poco coherente que parezca: es creíble. Pero
lo más importante es que pese a su larga duración, la película nunca cae, te
lleva de un punto a otro entre acrobacias, saltos, golpes y un poco de sentido
del humor.
La verdad
es que tendríamos que felicitar a Brad Bird (el director), por lo que consiguió
con este fabuloso film. Y es justo aquí donde tendremos que hacer una parada
especial para preguntarnos: ¿Quién diablos es Brad Bird? Pues agárrense, que
esto les va a dejar boquiabiertos. Brad Bird es el director de “Los increíbles”
una de las películas de animación más emblemáticas de pixar, y también: una de
las películas más fantásticas del mundo de los superhéroes. Y asimismo es
director de “Ratatouille”, donde incluso
la hizo de guionista. “Misión Imposible:
Ghost Protocol” es su primer película formal con actores de carne y hueso, y
vaya que lo ha hecho bien, vaya que ha conseguido brincar por encima de la animación
y dejarnos con un muy buen sabor de boca.
Ya no
resulta tan extraño que Misión Imposible: Ghost Protocol sea una buena película
¿Verdad? Teniendo en cuenta a la mente creativa detrás del proyecto.
Si tuviera
que definir esta película en una palabra para recomendárselas, tendría que ser:
INTELIGENTE.
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